sábado, 11 de julio de 2009

Maldición, fue un día hermoso

No hablo de hoy, sábado 11 de julio mientras estoy en Castelar en la casa de mis suegros, sino del miércoles 8, del día glorioso en que contagié a nueve desprevenidos espectadores -afortunadamente borrachos- del tatismo que me embarga desde que mi abuelo Papo (Enrique María Lagos, 1913-2008) hiciera lo mismo conmigo, adolescente de toda adolescencia, allá por el fin de los años 70.

He aquí, entonces, al abajo firmante junto a los nueve desprevenidos y beodos espectadores:

Al fondo, los mamados: Mattio, Landro, Pampliega, Dondo y Autorino; al frente, las ebrias: Cesari, Caride, D'Onofrio, Pisano y Ponferrada. ¡Loco, este Post Fideo's Clú necesita algún gallego, algún judío, aunque sea algún yorugua, para detener tanta tanada junta! ¿O Caride es español? No sé, es el único al que le encuentro alguna sonoridad ibérica. ¡Ahora entiendo por qué llorábamos tanto el mes pasado con Gassman y Tognazzi!

Es momento, para mantener las tradiciones, de incluir la esperada claqueta:

Es verdad que la película se llamaba "Mi tío", pero el responsable de haberme transmitido el tatismo agudo fue "Mi abuelo"... ¡que encima se parecía muchísimo a Tati!

Finalmente, me moría de ganas de rescatar para ustedes la imagen que, para mí, fue una de las claves de la película, y de la que ni siquiera hablamos el miércoles: este rincón inexpresivo de los suburbios de París:

Supongo que ya entienden por qué, ¿no? Con sus monoblocks al fondo y su pared antigua destruída en primer plano, aparecía en escena cada vez que algún personaje -los perritos, varias veces; monsieur Hulot y su sobrino, también varias veces- pasaban del mundo artificial de los Arpel al París verdadero y real del barrendero que nunca barría, del viejo que se mandaba para Chez Margot en pijama en connivencia con su perrito, del verdulero calentón de la camioneta hecha pedazos... Hay demasiada riqueza humana retratada en esta obra maestra, no puedo dejar de emocionarme cada vez que pienso en ella.

Besos a todos y hasta el mes que viene.
Monsieur Dondó

5 comentarios:

  1. Antes que nada una aclaración: mi apellido corresponde al nombre de un pueblo de España!

    Cómo no noté antes esa "puerta" entre los dos mundos!? Fijense además que los monoblocks son una cosa vaga y desdibujada, sin personalidad ni color ni vida. No estoy de acuerdo con monsieur Dondo en que es un rincón inexpresivo: el lado de acá puede estar semi destruído (¿en vías de desaparición?) pero si hay algo que no le falta es vida. Ese rincón marca claramente un allá y un acá, donde no es casualidad que el director nos ponga de este lado.

    Bueno, me gustaría extenderme pero el almuerzo dominical en casa de los viejos nos espera. Pero antes de despedirme quiero aclarar q tal vez no sea hasta el mes que viene.

    au revoir
    S

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  2. Lo de borrachos no me toca, por suerte o lamentablemente, no sé... pero sí que fui contagiada de "tatismo" en la última reunión. La experiencia fue fantástica y ya quisiera ver más ejemplos de las andanzas del gran Tati.

    La lectura de Pampliega sobre ese lugar de pasaje entre los dos mundos me parece muy acertada y muy sugerente también que quede a merced de la intepretación del espectador qué significa ese muro derruido. Porque si bien puede ser imagen de un mundo en vías de desaparición, también es cierto que permite ser leído como una rendija que lleva vitalidad al espacio despersonalizado y aséptico donde viven los Arpel. Recordemos que los habitantes del barrio simpático se cuelan todo el tiempo en las otras calles grises y blancas de los modernos. Puede que no les prendan la fuente del pez cuando lleguen, pero hasta M. Hulot puede entrar en la casa de su hermana en mitad de noche sin mucho problema (¡no había alarmas infrarrojas todavía, qué poca SEGURIDAD, señor De Narváez!).

    Al fin y al cabo la película deja la esperanza de que ese tipo de vida que tanto nos gusta no morirá del todo ni puede perderse completamente: incluso el estirado y frío M. Arpel aprende cómo divertirse con su hijo con las mañas de los de "afuera". La película parece decirnos que de una forma u otra la vitalidad se mete sin permiso para poner algo de calidez y diversión en aquel mundo estructurado y dominado por las máquinas que llamamos moderno.¡Ojalá sea (fuera) cierto!

    Julia

    PD: Vicky tendrá que aclarar que su apellido también es bien hispánico y no menos dueño de un pueblo con castillo imponente de los templarios. Por mi parte el origen tano es ineludible...

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  3. ¡Viva Tati! Yo también me he infectado de este virus y ojalá cunda la pandemia tatística.
    Para mi por ahora esta peli es una de las firmes candidatas a llevarse la "Palma de Oro" del ciclo choborras 2009.

    Damián

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  4. Amigos beodos:
    Me encanta leerlos :)
    A mi esta película me condujo a otro lugar. Aparecieron pensamientos relacionados con la función de los que somos "no-padres" (tíos, padrinos o similar) para con los sobrinos o ahijados. Y es muy raro porque yo suponía, que conocía los caminos por los cuales iba a transitar mi "tiez", pero resulta que no. No sabía nada. De repente me descubro ocupando un rol mucho más tradicional (¿educativo?) de lo que alguna vez imaginé. Y parecería que la cosa está en aceptar esto y a la vez no perder de vista a M Hulot.

    Vicky

    PD. Como dijo Julie, mi apellido es muy español, tenemos ciudad y un castillo antiquísimo. Aqui va una fotito
    http://www.ponferrada-virtual.com/castillo-templario/3-14-20-14.htm

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  5. ¡Uau!
    Recién ahora, domingo 19, me encuentro con los entusiastas comentarios de Damián y de Vicky (ya había leído los de Santiago y Julia).
    Primero que nada, pido disculpas por mi supina ignorancia genealógica en cuanto a apellidos italianos y españoles. ¡Hasta castillito como ese tenían los amigos Ponferradas!
    Segundo, agradezco el entusiasmo y les propongo a todos que, en cuanto puedan y la encuentren en algún videoclú, le echen un vistazo a Las vacaciones del señor Hulot. No se arrepentirán.

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